LOS 4 PASOS PARA CAMBIAR TU ATENCIÓN
La atención de tu mente modifica cómo percibes tu vida
Descubrió Martin Seligman, padre de la psicología positiva, a partir de un experimento, la diferencia fundamental entre las personas que se consideran más felices y las que se consideran menos felices. Y no son los acontecimientos «objetivos» de sus vidas, sino donde ponen la atención de sus pensamientos.
Poner el foco en lo que te produce placer hace que tu perspectiva sobre tu propia vida sea diferente que si pones el foco en lo que te produce malestar. Esto parece que tiene sentido.
Es decir, que si durante un día normal te pasan cosas de todo tipo, y al finalizar el día tiendes a recordar aquellas que salieron mal, tu sensación sobre tu día va a ser peor que si tus recuerdos te llevan a aquello que te salió mejor.
Así que, puestos a elegir, por qué no centrar la atención en lo positivo? Tu vida va a ser la misma, con sus momentos buenos, regulares y penosos. Pero tu atención se encargará de ponerle un cierto sesgo positivo.
Cómo saber dónde está tu atención
Lo cierto es que si pones la atención en A, no la pones en B. Lo que ocurre es que es nuestro subconsciente el que decide si A o B es más interesante para ti, y por lo tanto el que toma la decisión de forma inconsciente. Así que hazte esta pregunta. ¿Dónde pone la atención tu cerebro? ¿En qué te fijas más cada día?
Haz este ejercicio: durante una semana apunta tus pensamientos.
¿Cuando te levantas, en qué piensas? ¿Y cuándo sales de casa? ¿Dónde está tu atención en el trabajo? Si tu jefe te hace un comentario bueno y uno malo, a qué prestas más atención? ¿Eres consciente de los pequeños éxitos de cada día o pasan de largo frente a los pequeños fallos? ¿Detectas algún pensamiento que se te repita una y otra vez, y que no deje espacio a prestar atención a lo demás?
Cómo poner la atención dónde te interesa
Un ejemplo real. Tuve un cliente que tenía su atención puesta en la mala relación que tenía con sus compañeros de trabajo. En que esa mañana «uno no le había saludado aunque seguro que le había visto», en que «no le explicaban bien las cosas y seguro que lo hacían para que le saliera mal el trabajo»,… Todos estos pensamientos le creaban mucho malestar.
Pero no sólo es eso. Cuando llegaba a casa, con su mujer, inevitablemente siempre se ponía a hablar de este tema. Cuando estaba con su hijo pequeño en vez de disfrutar de él, seguía pensando en esta situación… Hasta que se dio cuenta de que prestaba más atención, tiempo y energía a estos compañeros que a su propia familia, o a él mismo. Decidió cambiar y poner cada cosa en su sitio. Darle a cada cosa la importancia que tenía, ni más ni menos.
Cada vez que la atención le llevaba a centrarse en su compañeros, él se obligaba a ponerla en otro lugar. Una y otra vez. Con constancia. Al ir al trabajo pensaba en lo que iba a hacer esa tarde con su hijo, o en lo que harían ese fin de semana. No le merecía la pena dejar que su atención se centrara en algo que, aun siendo negativo, no era lo verdaderamente importante de su vida.
Otros ejemplos de cambio de atención, son los que se producen en los clientes que empiezan a trabajar con el diario de logros. Esta herramienta ayuda a poner la atención en lo conseguido. Personas que habitualmente no tienen este hábito, y que al cabo de un tiempo, se van focalizando en todo lo positivo que les sucede a lo largo del día, en los pequeños éxitos que van logrando, lo que les hace cambiar su sensación respecto a sus propias vidas.
Los 4 pasos para cambiar tu atención
Así que si detectas que tu pensamiento también te lleva a un lugar que no es el adecuado para ti, puede ser buen momento de poner tu atención en otro sitio. Vamos a ver cómo puedes actuar…
- El primer paso es saber dónde está tu atención: apunta tus pensamientos
- El segundo paso es hacerte las preguntas adecuadas: ¿Es ahí donde quieres mantener tu atención? ¿Te beneficia en algo? ¿Te perjudica? ¿Qué pasaría en tu vida si tu atención estuviera en otro sitio?
- Lo siguiente es que tomes perspectiva y veas si dónde está tu atención es dónde está lo importante.
- Decidir dónde quieres poner la atención y obligar a tu mente a centrarse una y otra vez. Recuerda que si tu mente está en A, no podrá estar al mismo tiempo en B.
Y como todo proceso de cambio, recuerda que no está exento de esfuerzo. Tu mente necesita aprender a focalizarse en otro sitio cambiando tu hábito mental, y para ello debe pasar tiempo y ser constante.
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