LA RESPONSABILIDAD PERSONAL vs. LA RESPONSABILIDAD CON TERCEROS
La responsabilidad con terceras personas
Marcos tiene mañana a las 9h00 una reunión de departamento de 2 horas de duración. Es una cita que está planificada desde la semana pasada y que, en principio no se presenta como muy productiva.
Aún así, sabe que no faltará, ni siquiera se le pasa por la cabeza.
Aunque tenga una pila de trabajo por entregar. Incluso si 5 minutos antes aparece por la puerta de su despacho un cliente (o un proveedor, o alguien de su equipo) diciendo que necesitan hablar con él, o que tienen un problema y necesitan su ayuda.
La responsabilidad personal
Un poco más tarde, digamos que a las 12h00 Marcos anotó en su agenda desde hace también varios días, sentarse a planificar la semana próxima.
Una actividad que sabe que es de una enorme importancia, ya que es el momento en el que decide en qué se va a focalizar, qué va a priorizar, qué metas va a promover y un largo etcétera de actividades.
Es, sin ninguna duda, uno de los momentos más importante de la semana, y sólo depende de él realizarlo. No tiene que rendir cuentas a nadie, no tiene que enviar ningún informe, ni ha quedado con un compañero para hacerlo.
Es su responsabilidad personal. Una cita consigo mismo y con sus funciones como profesional responsable y proactivo.
A las 11h55 aparece por su puerta otro cliente (o proveedor, o persona de su equipo) que tiene un problema y le pide ayuda.
¿Cuál creéis que será la reacción de Marcos? ¿Cuál sería la vuestra?
Priorizar tu responsabilidad personal
Pese a que claramente la planificación es una actividad de mayor importancia, tenemos tendencia a dejar en un segundo plano todas aquellas actividades que tienen que ver con nosotros mismos.
Nos han educado para cumplir fielmente con la responsabilidad asociada a otras personas, y dejamos «para cuando saquemos un rato» lo que tiene que ver únicamente con nosotros, con nuestras metas y objetivos.
Este es uno de los grandes retos que se nos presenta como profesionales.
Hasta que no seamos capaces de priorizar aquellas actividades que dependen únicamente de nosotros, no conseguiremos poner en un primer plano nuestro trabajo y nuestra vida.
Permitirme un consejo: bloquea estos tiempos prioritarios con la misma disciplina y responsabilidad personal que utilizas al fijar una cita con tu mejor cliente. Porque realmente lo es. Una cita contigo mismo y con tu éxito.
2 comentarios Comente algo!
Interesante! Da que pensar lo mal que nos organizamos…
Hola Natalia, lo cierto es que sí, que da que pensar, sobretodo porque esto no pasa solo en el trabajo, también nos puede ocurrir en nuestra vida.
Y el primer paso es ser conscientes de que nos ocurre, para poder darnos el tiempo y la importancia que merecemos.
Petons